lunes, 10 de diciembre de 2007

STOCKHAUSEN


Karlheinz Stockhausen (1928-2007) es considerado uno de los compositores contemporáneos mas relevantes de Alemania y uno de los pioneros de la música electrónica.

Su obra "Cuarteto de cuerda para helicóptero" es una pieza musical donde cuatro solistas tocan subidos en helicopteros a más de 700 metros de altitud y acompañados por una orquesta en tierra. El compositor pretendió realzar las diferencias entre el sonido del cuarteto de cuerda y el ruido de los motores, para acabar fusionando las dos fuentes sonoras en una sola pieza musical.


El 'Cuarteto de cuerda para helicóptero' forma parte del 'Ciclo de Luz', una obra de 29 horas de duración que aborda con música la relación entre el ser humano, Dios y el diablo.





6 comentarios:

Anónimo dijo...

Curioso, podía haberse pasado la vida repitiendo la misma composición con diferente ruido de fondo.
En fin.

Anónimo dijo...

Ahora mismo estoy oyendo a Estocjauser (Radio clásica), por el coro de cámara de la radio televisión eslovena, dirigida por una tía (que además es primer violín de otra orquesta), sobre unos poemas de Verlaine. Demasiado moderno para mí, pero muy bueno. Da miedo.

Anónimo dijo...

Perdón Estok-jauser

Anónimo dijo...

JAJAJAJAJAJAJA!!! Noespo...

Estocjauser...

Anónimo dijo...

Buenas tardes, ¿qué tal? Acerca del vídeo "¿Esto es arte?", del grupo B escojo a Samuel Barber y ese sublime adagio; el Carmina Burana de Carl Orff y el Concierto de Aranjuez de nuestro Joaquín Rodrigo.

A Stockhausen se le fue la olla -o algo más- al sentenciar semejante e inconcebible barbaridad.

Tal vez haya músicos demasiado postmodernos que van excesivamente rápido, que evolucionan y exploran rutas aún incompatibles con nuestros 'limitados' oídos y el concepto de música que cada cual hemos desarrollado. O tal vez sea que algunos de estos lúcidos músicos han llegado a la unánime conclusión y ecuación: ruido = música.

No sé si me explico. Yo sólo doy mi pequeña opinión desde mi humilde postura de neófita musical. Pero lo clásico es lo clásico. Y tal vez ocurre, a fin de cuentas, que ya no hay nada que inventar...

Gracias por ilustrarnos.
¡Y Beliz Bavidad!

Cómo dice? dijo...

Querida Anais, completamente de acuerdo con todo lo que dices. El adagio de Barber es una auténtica delicia, y que decir de las otras dos obras que mencionas, el Carmina Burana y el Concierto de Aranjuez. Dos auténticas joyas musicales.

A mí, hay unos cuantos músicos contemporáneos que ponen los pelos como escarpias. Es cierto, algunos evolucionan demasiado rápido.