miércoles, 21 de noviembre de 2007

JUAN CARLOS ORTEGA

Juan Carlos Ortega es un humorista difícilmente clasificable. Un artista de culto que no obedece a esquemas convencionales. En sus "sckeths" propone situaciones absurdas que revelan el aspecto enloquecido de la vida.


Ayudándose de sus propias voces, entrevista, dialoga y reflexiona con seres aparentemente reales y sencillos, pero que esconden un poso de sabiduría que no es fácil de encontrar en el panorama radiofónico y televisivo.


Le empecé a escuchar en La Ventana con Javier Sarda y posteriormente con Gemma Nierga. Luego empezó aparecer en T.V. como colaborador de Crónicas Marcianas y de Channel nº4.

En el año 2004 publicó "Buenos días Sócrates" reflexiones de un filósofo sin estudios, tratando de desmontar unos cuantos tópicos de nuestro tiempo.


En " Morirse es una mierda" (2005), analiza, siguiendo su estilo, algunos de los consuelos que la humanidad ha inventado para eliminar el miedo a la muerte.


Sketch de Juan Carlos Ortega en "Cronicas Marcianas" donde el protagonista es la banda sonora de la pelicula "Cinema Paradiso".



Aquí el protagonista es el filósofo francés Jean Paul Sartre.



Hermanas abducidas



Debate sobre la T.V.



Concurso de resistencia



Campaña a favor de Plutón



Cybernovios

5 comentarios:

Anónimo dijo...

tú con los de youtube tienes algo, a ti te pagan...

Cómo dice? dijo...

Pero has visto los vídeos vida mía??

Anónimo dijo...

No, si son para morirse, el Ortega es el humor de frigorífico más bueno que hay, pero lo digo por la cantidad, vida tuya.

Cómo dice? dijo...

Humor de frigorífico? Hum..., interesante..

samsa777 dijo...

¡Hola! Te leo bastante, lo que sucede es que comento poco en blogs de la gente que no me ha comentado a mí antes... ¡es un pudor absurdo, lo sé! Pero bueno: a partir de ahora me traigo la guitarra y tú pones el violín.

Ortega es un genio: salga en el programa que salga, lo mejora. Lo único que no me gusta de él es que una de sus actrices me recuerda mucho a mi difunta abuela, que también actuaba y tenía un sentido del humor igual de absurdo; y siempre pienso que si se hubieran conocido, la habría fichado, seguro. Es una melancolía humorística, ya ves.

Bueno, que me enrollo.

Un saludo